Una ciudad saludable es aquella donde el bienestar tanto social como ambiental son protagonistas. Aquella donde las relaciones humanas son el día a día y donde todo convive. Una ciudad saludable es aquella donde el comercio local tiene un papel importante.
Tanto es así, que la ONU considera que impulsar el comercio local es una pieza clave para lograr alguno de los objetivos de sostenibilidad y medio ambiente de la Agenda 2030. Cuanto más consumamos local, mejor para el medio ambiente, mejor para la economía local y para la salud y el bienestar ciudadano.
Pero, ¿por qué?, ¿por qué afecta que yo compre en la tienda de mi barrio en vez de en grandes plataformas de Internet?
Es muy sencillo, desde la perspectiva de lo sostenible, la compra física trae solo beneficios:
Porque no contaminas cuando vas de compras. Estás yendo tu a por el producto, probablemente, caminando, y no hace falta que un repartidor te lo traiga en su vehículo a motor. Así ayudas a reducir la huella de carbono que generan los desplazamientos en vacío e ineficientes de las compras online.
Has de saber que el comercio local no sólo te vende productos, además, ayuda a prosperar a tu localidad, te ofrece un trato amable y humano, y es el comercio más sostenible que se conoce.
Cuando vas a comprar a una tienda de tu barrio vas dando un paseo, puedes encontrarte con alguien que hacía tiempo que no veías, disfrutar del entorno, despejarte de tu día de trabajo… Y, a su vez, puedes ayudar a un comerciante, un vecino, un amigo, una persona que trabaja todos los días para sacar su comercio adelante.